Esta ilustración del pingüino Adélie de la Antártica fue un proyecto en el cual irse por las ramas fue una constante. En primer lugar fue mi regreso a la tinta china utilizando hisopo, plumón, plumilla y pincel. Al buscar referencias me crucé con un documental donde vi a los Adélie en movimiento, lo que me motivó a iniciarme en la animación cuadro por cuadro usando Adobe Fresco. Además, tuve que diseñar pinceles digitales que emularan la gestualidad y textura de la tinta y el papel, lo cual fue una experimentación prolongada. Finalmente, descubrí los principios básicos del rotoscoping utilizando un ciclo de caminata del ave, que consistió en 22 cuadros repetidos en espejo para crear mi primera animación en bucle. La escena final muestra al pingüino caminando bajo las nubes ovaladas y entre las rocas, los musgos antárticos, y las flores ‘pimpinela mayor’.